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La importancia del reconocimiento de la autoría intelectual en la elaboración de normativas y estándares técnicos nacionales, Columna de Marcela Aravena

La importancia del reconocimiento de la autoría intelectual en la elaboración de normativas y estándares técnicos nacionales, Columna de Marcela Aravena

Los distintos organismos que elaboran normas y estándares técnicos, tanto nacionales como internacionales, invitan a los profesionales expertos a sumarse a las "Mesas de Trabajo". En ellas, se elaboran propuestas técnicas, que pueden o no ir a consulta pública, como es el caso de los Organismos Públicos, para finalmente emitirse como Normativa de Exigencia Nacional. Ejemplo de ello son las publicaciones de INN, SEC, CNE, MINVU, MOP, entre otros. También, pueden emitirse como Estándar de Diseño utilizados internacionalmente, incluido Chile, como son las publicaciones de IEEE, ASCE, IEC, CIGRE, entre otros.

Digo “invitan” porque los expertos que participamos lo hacemos ad honorem. Es decir, donamos horas de conocimiento y experiencia profesional por largos periodos de tiempo, que en muchos casos, es más de un año para un solo documento.

Lo hacemos por distintas razones: porque creemos que tenemos experiencia para definir y, o, actualizar los criterios de diseño; porque hemos encontrado que lo existente no es aplicable a todas las situaciones que nos ha tocado enfrentar; porque queremos contribuir a la sociedad con la experiencia que hemos adquirido; porque los cambios que hemos visto en tecnología, sustentabilidad y otros requieren de definir nuevos criterios no existentes aún, etc.

En estas "Mesas de Trabajo" no solo asistimos a reuniones, sino que ocupamos muchas horas en revisar normativas y publicaciones extranjeras, hacer análisis de situaciones, proponer redacciones para los distintos temas que se requieren incluir en el documento, revisar las propuestas de nuestros colegas, etc.

Las horas que donamos para que existan estos estándares de diseño y normativas nacionales son muchas y son de gran calidad. El valor de dichos documentos es muy alto, ya que reúne la experiencia de distintos profesionales en un solo documento. Sin embargo, es de bajo costo para la organización que finalmente lo publica, ya que no remunera a los expertos por las horas dedicadas.

En este contexto, lo menos que puede hacer la organización en una publicación es reconocer y respetar la autoría intelectual de quienes hemos, efectivamente, realizado el trabajo de elaborar el contenido de dicha normativa o estándar, situación que lamentablemente no ocurre en todas las publicaciones de los distintos organismos a nivel país.

No respetar las autorías intelectuales es sinónimo de no reconocer el conocimiento y la experiencia de los profesionales que donamos nuestras horas para aportar a una mejor ingeniería nacional. Ingeniería que paradójicamente, sí es reconocida internacionalmente por su gran calidad.