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Reconocimiento a Roberto Williams Benavente

Reconocimiento a Roberto Williams Benavente

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¿Quién es el ingeniero Roberto Williams Benavente?

Versión final aparecida en el libro. 23 ab 2015

El ingeniero Roberto Williams Benavente fue quien me motivó a iniciar la primera edición de este libro. Al conocer sus grandes conocimientos sobre estos temas los que posiblemente podrían perderse a futuro, pensé que era importante rescatarlos. En 1987 año de la venida a Chile del Papa Juan Pablo Segundo, Williams se fue a morir a Cauquenes su ciudad natal por una enfermedad que lo afectaba, generándole una crónica pérdida de peso. En esa ocasión le recomendó su padre que consultara al químico farmacéutico Silvio Rozzi R. quien con un tratamiento de un conjunto de hierbas lo sanó totalmente. Ello lo motivó a entrar en el estudio de las plantas medicinales, sin abandonar sus trabajos profesionales de ingeniero civil empresario, en los que se ha destacado por las importantes obras realizadas.

Por todo lo anterior, me ha parecido conveniente hacerle una entrevista para que queden registrados los aspectos más importantes de su carrera y en parte conocer lo que lo motivó a esta dedicación totalmente altruista a la medicina natural.

De la entrevista recojo los aspectos más importantes que he creído conveniente registrar Roberto Hugo Williams Benavente, nació en Cauquenes (Maule), en abril de 1934.-Sus estudios secundarios los hizo en el Liceo Blanco Encalada, Talca, colegio de la Congregación de Hermanos de Lasalle y los universitarios, en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Me contó que las palabras de algunos de sus ex-profesores de la Escuela de Ingeniería le han sido muy útiles para formar su actuar de Ingeniero Civil, así, a secas, sin especialidad. Esta decisión de ser tan escueto su título, se debe a que su profesor de Ética, el sacerdote Agustín Martínez, le manifestó que la “especialidad” tiene el riesgo de hacer perder el horizonte, si es muy profundo, o de no ver a su alrededor si es muy superficial. Estas palabras, lo dejaron sin Especialidad, solo Civil, a secas.

Luego, llegado el día de la clase final, el decano de la Facultad, les dijo, en parte del desarrollo de ella, que el verdadero ingeniero es aquél que hace “ingeniería con una rueda de bicicleta”, y, a continuación, que el ingeniero está para “resolver problemas, no para crearlos”. Al concluir la clase, les agregó: “ahora, jóvenes, ustedes son ingenieros” y calló su voz, mirándonos a todos por un instante, para luego agregar: “significa que están capacitados para preguntar, cuando no sepan”.

Y así ha ocurrido en todo su actuar. En una oportunidad, le tocó intervenir, dentro de un plazo muy estrecho de tiempo para pavimentar con hormigón de cemento una pista de aviación, usando como ingrediente el agua de mar, que en ese lugar, no tiene sales dañinas, hecho desconocido en esa época y que aceleraba su endurecimiento.

En otra ocasión, siendo alumno aún del último curso, asesoró a la empresa constructora que tenía que construir el embalse de El Yeso, proyecto detenido por años, debido a las exigencias de las Especificaciones Técnicas, tanto para el suelo de fundación, como para las obras de hormigón de cemento. Todo se resolvió, dice él, con “una rueda de bicicleta”, para graficar su sencillez: vibro-pisones para el suelo en vez de los tradicionales rodillos vibratorios-pata de cabra y alterar la fórmula tradicional de los ingredientes del hormigón.

Es sabido que el agua de amasado para el hormigón de cemento, debe ser potable, es decir que no le haga daño al hombre. Para construir el Observatorio Astronómico La Campana, ubicado en Vallenar, frente al Observatorio La Silla, las obras con hormigón de cemento eran abundantes y no se sabía de donde obtener el agua en gran cantidad. Para ello, ordenó excavar tres pozos, distanciados en unos 15 metros entre sí y obtuvo agua, casi superficial. Luego, solicitó tres voluntarios, dentro del personal de obra, para que bebiese cada uno, un sorbo de un pozo asignado, explicándoles que, cuando más, los afectaría una diarrea. Sucedió que solo una persona fue afectada y los otros dos, no. De esos dos pozos, se abastece hasta el día de hoy el Observatorio, distantes 17 km de esas dos fuentes.

En otra oportunidad, asesorando a una constructora la pavimentación de la Carretera Panamericana Sur, sector Paillaco-Puente Pilmaiquén, 47 kms., para el “curado” del hormigón debía usarse un líquido llamado silicato de sodio, del cual, por ser nueva su introducción en el país, no había antecedentes prácticos para que su aplicación fuera exitosa. Se le ocurrió usar algo tan sencillo como es la huella digital del dedo pulgar y una mezcla del líquido con agua en una proporción tal que la primera capa fuera disuelta en tres partes de agua y una segunda capa, al revés, tres partes de silicato y una de agua. De este modo el beneficio fue doble: la empresa entregó toda la obra conforme y el desgaste de la carretera, durante los primeros meses, lo soportó la sal de silicato.

A él le ha gustado dirigir personalmente sus construcciones, pues siempre, decía, hay detalles delicados por resolver y eso atrasa el tiempo de entrega. Obras complejas de construir, como son las centrales frutícolas, que lo usual era hacerlo en 12 meses, Roberto, con su presencia, las hacía en 6 meses. Construyó la de Corfo-Curicó en Curicó; Corfo-Rancagua, en Los Lirios; Central Frutícola Luis Cruz Martínez, Curicó, y Manuel Rodríguez, Requínoa, ambas de don David del Curto y Planta Frigorífica SIEMEL, en Pudahuel, para don Anacleto Angelini. Todas estas obras tienen más de 15.000 m2 de desarrollo, cada una.

Para Corfo, también construyó los Pabellones de Exposiciones CHILEXPO-72, en Quinta Normal, con un desarrollo de 15.000 m2 y FERIA del MAR, en Valparaíso, de aproximadamente una hectárea; Barrio Industrial Corfo-Rancagua de más de dos hectáreas y media.

En colegios, participó en la ampliación y construcción de varios pabellones de: Colegio Padre Hurtado y Juanita de Los Andes, Los Dominicos; para las Religiosas Filipenses los colegios: Dolores de Lopehandía, Santiago; María Letelier de Prieto, Llay-Llay; Villa San Cristóbal, Santiago; para las Hermanas Marianas, varios Pabellones de clases y Gimnasio en el Colegio Mariano, Providencia; obras por 10.000 m2.

En edificios, construyó para las Hermanas Marianas, La Florida, Casa de Reposo, Noviciado, y Librería e Imprenta; para ENAMI, en Santiago, Edificio Bodegas, que completan una superficie de más de 5.000 m2.

Iglesia del Seminario Pontificio Mayor, La Florida; Iglesia Anglicana de la Trinidad, Las Condes; Centro Abierto y Oratorio, Corporación de Beneficencia María Ayuda, La Florida, cada obra con una superficie cercana a los 1.000 m2.

Varias reparaciones de estructuras dañadas por los sismos, en diversas localidades, también contaron con su presencia, como en la hoy demolida Catedral de San Bernardo; Iglesia de los Ángeles Custodios, calle Seminario; Edificio IANSA, Providencia; Iglesia del Carmen, Providencia; Colegio Santa Elena, Santiago, etcétera.

Deportivas, como la construcción de la Multicancha Elástica, Club Palestino, Las Condes.

Y la obra resumen de todos los detalles típicos de una obra civil, “Ampliación de la Planta Hidroeléctrica Nos, Obras Civiles y Montaje de turbina”.

Los mismos principios de “simplicidad” los ha usado hasta ahora, en sus estudios y aplicaciones de lo que fuera una nueva inquietud, la Medicina Natural, a la cual lleva ya dedicada más de un cuarto de siglo. En sus últimas palabras me recalca que en sus quehaceres en esta medicina cree haber aplicado ese mensaje entregado por el decano de la Facultad en esa recordada despedida de la Universidad, el de hacer “ingeniería con una rueda de bicicleta”.

Rolando Chateauneuf

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Roberto Williams fue impulsor y socio fundador de la Comisión del Ingeniero Mayor CIM; una vez creada la Comisión en Mayo del 2013; fue protagonista de su primer acto público , una charla sobre Medicina Natural, que realizó, el 24 de Junio de ese año, como expositor, con la colaboración del ingeniero Rolando Chateauneuf D., contando con un éxito de asistencia de colegas y familiares. De allí en adelanté siempre animó a la Comisión, con su contagiosa alegría de vivir , con su opinión juiciosa y su entusiasmo y empuje práctico, irradiando sus características en los integrantes del CIM que concurren a las reuniones ordinarias de los primeros miércoles de cada mes. Luego, en el año 2014 efectuó el lanzamiento del libro”Plantas Medicinales y Medicina Natural”, con una masiva concurrencia. Representó al CIM en varias misiones que siempre cumplió a cabalidad. También se debe recordar que, dentro de su vasta obra ingenieril, fue el constructor de una parte importante del edificio que ocupa el Colegio.

Eduardo Beas G.
Presidente(S)CIM