Como parte de la misión de fomentar la innovación y educación en ingeniería, el Colegio de Ingenieros ha participado junto a la Fundación Kallmann y la Fuerza Aérea de Chile en el desarrollo del concurso Astronaut Al Worden Endeavour Scholarship Challenge 2022. En tiempos en que la participación de las mujeres en carreras de ingeniería ronda el 25%, es una buena noticia destacar a cuatro talentosas jóvenes, que resultaron ganadoras del concurso y que se perfilan como promesas STEM del país.

"Es una instancia espectacular haber participado como jurado y conocer a estas 4 talentosas ganadoras. Para el Colegio es una oportunidad de relacionamiento y de poder llegar a los jóvenes en edad escolar, en una Asociación Gremial, compuesta por adultos titulados", señala Sergio Wilhlem, presidente de la Especialidad Aeronáutica y del Espacio, quien además destaca la importancia de fomentar la cultura y la importancia del espacio desde la educación inicial.

Para Sara Kelley, Manager del Endeavour Scholarship Foundation, la principal misión del programa “Astronaut Al Worden Endeavour Scholarship” es fomentar el entendimiento y cooperación entre diferentes naciones y así inspirar a las nuevas generaciones de innovadores, exploradores y líderes. La beca premia a los estudiantes con un viaje al Campamento Espacial de Huntsville (Alabama, Estados Unidos). En años anteriores, con el cierre del campamento debido a la pandemia, se otorgó una beca alternativa de US 1.000 para diversas actividades locales que fuesen en el marco del STEM. Esto incluyó clases en línea, asistencia a conferencias y un viaje especial a San Pedro de Atacama para el equipo #3. Este grupo también fue reconocido durante la FIDAE 2022 con una ceremonia de premiación en la Conferencia “Space Summit”. Asimismo, los estudiantes, que participaron en años anteriores, han forjado una relación de amistad a lo largo de su experiencia y continúan sirviendo como Embajadores de la Beca Endeavour.

Este año, los participantes tuvieron que presentar en inglés la planificación estratégica de un viaje para 35 personas a la luna más grande de Saturno, Titán. Para ello, los estudiantes presentaron vídeos y ensayos escritos para obtener sus becas, los que fueron evaluados. Se seleccionaron a las 4 estudiantes cuyas planificaciones fueron las más destacadas. Las cuatro ganadoras de este año son: Matilde Gaete, alumna del Weston Academy Quilicura; Sophia Tapia, del Colegio Carampangue; María Ignacia González, del Colegio Pedro de Valdivia y Daniela Cortés, del Colegio Pasionistas de Quilpué.

Sophia Tapia, alumna de cuarto medio del Colegio Carampangue, desde pequeña le encantaba pasar tiempo en hangares de aviones de la Fuerza Aérea, mientras esperaba a su papá aterrizar su F-16. Creció entre aviones y vehículos militares terrestres, con la idea de tener en un futuro un hangar con vehículos aerodinámicos propios. Sophia cuenta que su trabajo consistió en: "Cómo la implementación de las microalgas en sistemas de estanques de los baños en naves espaciales podrían ser un excelente sistema de generación de oxígeno, así como los beneficios de las microalgas podrían aportar y agilizar un plan de vegetación en Marte". Sobre lo que la inspiró señala: "Una vez en 2020 cuando surgió la noticia de que el Amazonas estaba quemándose. Recuerdo haberle escuchado a la reportera decir, los pulmones del mundo están quemándose y luego de esa noticia continuó otra afirmando que una operación de transplante en un paciente con pulmones artificiales había sido un éxito. Entonces pensé, si una persona puede tener un pulmón artificial, la Tierra también puede tener uno. Y surgió la idea de una máquina generadora de grandes cantidades de oxígeno que realizara un proceso similar que una planta en su fotosíntesis, tomando el CO2 del aire para después liberar O2".

María Ignacia González, alumna de tercero medio del Colegio Pedro de Valdivia Las Condes, siempre fue una niña curiosa que destacaba en las matemáticas. "Para el concurso traté la propulsión con ondas electromagnéticas en base a la antimateria y neutrinos, ya que es lo que es mas accesible en el espacio", cuenta la joven que además reconoce que no se inspiró en algo especial. Su interés hacia el tema la llevó a cuestionarse a lo que sería la propulsión de una nave en el espacio.

Daniela Cortés, cursa segundo medio en el Colegio Pasionistas De Quilpué, y aprendió de su familia el esfuerzo y la perseverancia. Para ella nada es imposible y su gran referente ha sido su padre, a quien ha visto dializarse, desde que es pequeña. "Para el concurso, de las 4 problemáticas del viaje a Marte, di solución a 3. Todo a través de la reutilización de agua, tanto para el soporte vital como para la propulsión. Mi idea era la implementación de un vivero cuyas plantas pudieran suplir todos los requerimientos nutricionales de una dieta balanceada, además de la purificación del co2 a oxígeno. Aunque mi mayor enfoque fue la propulsión, quería que fuera constante pero sobre todo limpia y reutilizable al 100%, para ello ideé una especie de reactor nuclear controlado y estable que transformaba la energía térmica, en cinética para luego pasar a ser energía eléctrica. El reactor calentaba el agua que estaba en un tanque y a través de tuberías el vapor presurizado daba el empuje a las turbinas para que estas abastecieran los generadores eléctricos. Por último el agua vaporizada volvía al tanque en estado líquido otra vez gracias a un radiador protegido que estaba fuera de la nave aprovechando el frío del espacio.

Matilde Gaete, está en cuarto medio del Colegio Weston Academy Quilicura, se caracteriza por ser curiosa, siempre en busca de realizar nuevas cosas. Reconoce en sus padres una figura de motivación para seguir aprendiendo. El proyecto que presentó para el concurso es: "Una solución que contempla los aspectos fundamentales para mantener viva a una tripulación de 35 personas en una misión a Marte, por lo tanto plantee ideas que solucionaran el problema del abastecimiento de agua, oxígeno, alimento, energía y aspectos de la nave en general (propulsión, despegue, correcciones de órbita y amartizaje)", relata la joven ganadora, además de señalar que "intenté simular los mismos procesos y ciclos naturales que tenemos aquí abajo en la Tierra, pero que en este caso nuestro planeta sea la nave misma, modelando así un sistema de soporte vital cerrado inspirado en los distintos ciclos naturales en los cuales no hay pérdida de ningún componente".

La mayoría de estas cuatro jóvenes participó del concurso motivada por sus familiares y cercanos y por su amor al espacio. Esperan tener nuevas experiencias enriquecedoras, conocer a estudiantes de distintas partes del mundo, junto con ampliar sus conocimientos, ver las naves espaciales de cerca y reafirmar su vocación por la ingeniería.

Finalmente, Sara Kelley, recalca la importancia de contar con este tipo de concursos: "·Es darle la oportunidad a los niños que les interesan estas áreas, a demostrar su creatividad y pasión por el STEM. Estamos convencidos que este tipo de experiencias ayudan a la formación profesional futura de estos niños y nosotros estamos felices de poder aportar con un granito de arena en este ámbito. Asimismo, este concurso representa un desafío en materia de coordinación con múltiples agencias, tanto de gobierno como del sector privado, como lo fueron en esta ocasión la Embajada de Estados Unidos, la Fuerza Aérea de Chile y el Colegio de Ingenieros de Chile, todas unidas a un mismo objetivo de fomentar y premiar el interés de los estudiantes. Como resultado de este esfuerzo conjunto, se pudo extender esta oportunidad a que estudiantes de todo el país pudiesen participar".