Hay vidas que pasan calladas, sin estridencia por este espacio entre dos eternidades. Una de ellas fue la de Pedro Torres, una persona que dejó un recuerdo de caballerosidad y mesura en todos aquéllos que lo conocimos y comportamos con él durante el largo tiempo en que se encargó de la administración del Colegio de Ingenieros.
Creo que Pedro fue un ejemplo de serenidad durante esta época en que desempeñó en su cargo, brindando un valioso apoyo a la actividad gremial, sin estridencia y sin interferir en su desarrollo.
La labor de este Ingeniero Químico fue el símbolo de una época no solamente en las actividades de la Orden, sino en el devenir de la vida profesional de los ingenieros. Y más allá de todo esto Pedro fue también un caballero del aire. Piloto civil durante más de 50 años, fue un referente en la aviación civil de Chile, realizando distintas y valiosas actividades en el Club Aéreo de Santiago y la Federación Aérea de Chile, institución de la cual fue su presidente. Personalmente le debo mi primer vuelo en un Cessna 172 que despertó mi afición por volar.
Pero Pedro no fue solamente un profesional serio y responsable, sino también un ser humano íntegro, con una dedicación ejemplar a su familia, en especial su esposa e hijos, quienes sin duda hoy deben tener una gran fortaleza para enfrentar la tristeza que sufren por la pérdida de un ser tan querido. Por estos motivos no puedo dejar de recordar los versos de von Eichendorf del poema En el ocaso::
Hemos caminado mano con mano
a través de la alegría y la necesidad
después de vagar descansemos
en la tierra silenciosa.
Y entregarte así, una despedida callada: Adiós Pedro…
Sergio Contreras A.
Vicepresidente
Colegio de Ingenieros de Chile
Santiago, junio de 2024