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Nos volveremos a encontrar…. en el Metaverso!, columna de Alfredo Díaz, presidente Consejo de Especialidad Computación e Informática

Columna de opinión

Autor: Alfredo Díaz Puente
Presidente Consejo de Especialidad Química y Biotecnología

De mi estadía en Japón, años atrás cuando cursaba la universidad, aún mantengo contacto por mensajes o email con un buen amigo que hice allá. Cada cierto tiempo, pienso que algún día podré tener el dinero y el tiempo para viajar y reunirme con él para ponernos al día de nuestras vidas y tener la oportunidad de presentar a nuestras familias. Pero, el tiempo pasa y siento que la oportunidad se vuelve cada vez más lejana, al menos en esta vida ,y en este mundo que me ha tocado vivir.

Internet y la tecnología se han preocupado de situaciones como la que les he descrito y desde hace años que han aparecido formas de acortar las distancias y acercar a las personas, aunque sea en una realidad paralela a la nuestra y que hemos llamado virtualidad.

El Metaverso es la palabra pegajosa y de moda que en los últimos años ha aparecido como respuesta a esta necesidad de una virtualidad que rompa las distancias y ha sido utilizado por la empresa Facebook (la empresa madre se llama Meta Platforms) para crear una experiencia para usuarios, pero también para empresas. El término metaverso fue acuñado originalmente por el escritor norteamericano Neal Stephenson en su novela de ciencia ficción del año 1002 “Snow Crash”. El libro cuenta la historia de Hiro Protagonist quién es un hacker que además trabaja como delivery de pizzas para la mafia de la ciudad de Los Angeles, Estados Unidos, en un futurista siglo 21. En la novela el protagonista participa e interactúa junto a otros aficionados digitales en mundos virtuales, escondiendo su identidad real detrás de avatars (imágenes ficticias o de personajes famosos que representan su personalidad interior).

Los Metaversos que se utilizan hoy no son algo propio y único de Facebook, aunque claramente como empresa de redes sociales (dueños también de Whatsapp, Instagram y otros) se ha adjudicado el nombre desde su lanzamiento en octubre del 2021. Meta es un concepto más fácil de adquirir por cualquier persona alrededor del mundo. Los metaversos ya existían en las comunidades de video juegos en línea (internet) como WarCraft, Fortnite, Roblox y tantos otros, en que los niños y los no tan niños juegan e interactúan con otros oponentes de distintas partes del mundo. En algunos casos, incluso coordinando campañas y equipos en conjunto para alcanzar un mismo objetivo. Sus creadores incorporaron inclusive sus propias monedas digitales para que los usuarios puedan comprar mejoras o herramientas a sus personajes o avatars en los juegos. Esta realidad inmersiva extendida permite a las personas ser parte de mundos digitales conectados sin la necesidad de moverse desde sus casas u oficinas, eliminando la necesidad de traslados ni las inconveniencias de armar la agenda para que todo cuadre en “el viaje”. Una vez que entramos al metaverso todo sucede en tiempo real, por lo que no podemos (a diferencia de Netflix o video juegos sin conexión a internet) poner pausa y tomarnos un descanso. Toda la experiencia es vivida junto a otras personas que están alrededor de nosotros y que interactúan con nosotros en distintas formas. Imagínense entrar a un metaverso que sea un museo (el lector ya habrá deducido que existen muchos metaversos distintos y paralelos, no siempre interconectados entre ellos) y poder caminar por sus salones, apreciando cuadros o esculturas de gran renombre a un precio módico y sin las barreras de seguridad que nos impidan acercarnos y tocar. O, quizás entrar a una realidad que sea un supermercado en donde podamos comparar precios y elegir los productos que deseamos y cargarlos a nuestro carro de compras y pagarlos con bitcoin (monedad digitales descentralizadas) o tarjetas de crédito. ¿Qué tal ingresar a un hospital en donde el doctor(a) nos examine, haga preguntas, revise nuestro historial médico y nos pueda diagnosticar y prescribir medicamentos para un tratamiento. Mucho de lo anterior ya es posible, gracias a Facebook quién lo está liderando como el mundo virtual del futuro, pero también gracias a otras empresas que se están dedicando a esta virtualidad.

Es importante señalar que junto con las oportunidades aparecen también desafíos que debamos entender para tomar decisiones rápidas. El metro cuadrado dentro del metaverso tiene un costo y si usted lo paga puede construir un edificio de oficina para atender de forma virtual a sus clientes. Pero como todo bien raíz, si se demora mucho en comprar su terreno puede ser que en unos años más el precio sea demasiado elevado para comprarlo. Algunas empresas ya lo han entendido y están comenzando a comprar terrenos en el Metaverso y han construido sus oficinas, centros de capacitación, showroom, contact center, etc. Actualmente, cualquiera puede ingresar a un Metaverso de varias empresas privadas, que con visión de futuro, ya comenzaron a tomar una posición estable y robusta, preparándose para la demanda gigante que se espera exista a futuro.

Finalmente, lo más esencial a seguir trabajando por parte de los desarrolladores es que entre todas esas realidades paralelas nos podamos comunicar o saltar sin complicaciones. Poder tener una divisa compartida o aceptada para realizar las compras y negocios entre todos esos metaversos, que la experiencia que vive el usuario sea mucho más inmersiva y que más sentidos, además de la vista y la audición, puedan percibir sensaciones virtuales. ¿Cuál será el lugar de los olores, sentir el tacto de los objetos o personas, degustar comidas o líquidos? El idioma no deberá ser una barrera, así como ser requerirá de la traducción en línea, una identidad digital única y segura y por que no decirlo también, el no repudio de lo que ahí suceda.

El futuro nos trae muchos metaversos de formas y sabores distintos, pero la gente debe prepararse para una realidad que algún día dejará de ser un juego y llegará a ser, quizás, la realidad básica y esencial de nuestro desarrollo humano. Es necesario abrirse a experimentar y a la posibilidad que nuestra realidad cambie y sea controlada por muchos servidores alrededor del mundo.