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Entrevista a Cecilia Feliú, Tesorera del Banco Central

Teresa Collados Baines, Ingeniero Comercial, Consejera Nacional Colegio de Ingenieros de Chile A.G., entrevista de forma exclusiva para nuestra Asociación Gremial a Cecilia Feliú Carrizo, Tesorera del Banco Central.

En tiempos difíciles, como catástrofes naturales, pandemias, crisis sociales y otros que no nos son ajenos como país, la circulación de dinero en efectivo se torna crítica. Su continuidad de abastecimiento es vital para la economía en general y para las personas. Es por ello que hemos entrevistado a la Gerente Tesorera del Banco Central, la economista de la Universidad de Chile Cecilia Feliú Carrizo, con la responsabilidad de esta gran tarea.

Dada la contingencia Covid-19, unida a dos retiros masivos de Fondos de Pensiones y considerando la fecha de fin de año, hemos considerado relevante conocer detalles y problemas con el manejo del efectivo por parte del Banco Central.

¿Quiénes son los principales usuarios del efectivo?

Los principales usuarios del efectivo corresponden a un grupo importante de la población que vive en Chile. De acuerdo con la última Encuesta de Uso y Preferencias del Efectivo (fines de 2019) realizada por el Banco BCCh a nivel nacional, un 75% de las personas manifiesta usar siempre o casi siempre el dinero efectivo en sus pagos habituales. Esta cifra es bastante similar a la de los dos años anteriores, y bastante inferior a la del año 2015, donde el efectivo se situaba con una preferencia de uso del orden de 90%, lo que denota el cambio de composición que ha habido hacia otros medios de pagos, en particular las Tarjetas de Débito. En términos generales existe una relación clara entre nivel de bancarización y uso de medios de pago electrónicos (débito y crédito), los que, si bien han aumentado su tenencia y uso en ciertos segmentos de la población, siguen no siendo usados masivamente a nivel global, ya sea por factores culturales, distribución etarea, falencias en la conectividad, entre otros. En términos de lugares donde se da un mayor uso del efectivo, se mantienen con una alta participación (del orden de 90%) en el pequeño comercio, almacenes, ferias libres y comercio informal.

¿Qué hacen los bancos centrales en tiempos de crisis?

Los bancos centrales en tiempos de crisis deben garantizar la estabilidad y disponibilidad de los medios de pagos, proveyendo la liquidez necesaria para el funcionamiento de la economía y de los mercados. En el caso particular del efectivo, es vital mantener la cadena de pagos hasta el cliente final, específicamente se debe garantizar el abastecimiento a nivel global de billetes y monedas, para así no perjudicar aquellos segmentos de la población que son dependientes del efectivo para su diario vivir, como las personas no bancarizadas, de bajos ingresos, adultos mayores, personas que viven en zonas alejadas o en zonas rurales, entre otros. Para el BCCh en general y en tiempos de crisis en particular, garantizar el acceso del efectivo a la población es fundamental para satisfacer sus necesidades básicas y mantener el normal funcionamiento de la cadena de pagos a lo largo del país.

¿Por qué ha habido aumento de la demanda por efectivo, siendo que se podría pensar en mayor uso de tarjetas, transferencias, pagos vía internet?

La demanda de dinero de los agentes económicos se caracteriza por un componente transaccional, que corresponde a aquella demanda de billetes y monedas destinada a realizar compras y pagos de bienes y servicios, es decir es la parte de la demanda utilizada como “Medio de Pago”. Existe otra forma de demanda de dinero más relaciona con el atesoramiento, que se da principalmente cuando existen períodos de alta incertidumbre donde las personas tienden a demandar efectivo por “Motivos de Precaución”. En general esto ocurre cuando hay catástrofes naturales, guerras, problemas políticos o sociales, y en general cuando las personas enfrentan una situación futura compleja donde el efectivo guardado, les da mayores grados de libertad y seguridad a futuro. Este último fenómeno ha sido el que creemos ha imperado desde finales de 2019, período en que la tasa de crecimiento anual de la emisión de billetes y monedas comenzó a crecer en forma sostenida, pasando de crecimientos del orden de 5% a superar el 40% en los últimos meses.

¿Ha sucedido esto mismo en otros países? ¿Por las mismas u otras razones?

Desde el inicio de la Pandemia, ha existido un importante aumento del efectivo en circulación en un grupo importante de países. Tal como en el caso chileno y desde comienzos de este año, en varios países la tasa de crecimiento anual de la emisión de billetes ha mostrado trayectorias crecientes, denotando claramente un quiebre de la tendencia previa. Como ejemplos tenemos el caso de Australia, que pasó de un crecimiento anual del orden de 2% a cifras superiores al 18% en el tercer trimestre de este año; Colombia que ha pasado de variaciones anuales de 12% a crecer cerca de 30% en el mismo período y Canadá que pasó de 3% a 13% en la variación anual de la emisión. En el caso chileno, al efecto de la pandemia, se sumaron otros efectos sobre la demanda de dinero derivados de la crisis de fines de 2019 y los retiros de fondos desde las AFP. Es altamente probable que la experiencia internacional y dado que se trata de países altamente bancarizados, específicamente para el caso de Australia y Canadá, la naturaleza de estas tasas de crecimiento de la emisión durante gran parte del año 2020, tengan un alto componente de ahorro o resguardo frente a la incertidumbre futura que ha generado la pandemia del Covid-19.

¿Cuál es el desafío logístico que han tenido? ¿Qué ha pasado con las denominaciones chicas? (se escucha que en regiones están muy escasas)

Tal como se indicara previamente, la expansión de la emisión de billetes y monedas ha sido un fenómeno que ha venido creciendo desde el último trimestre de 2019 en forma sostenida, lo que ha representado importantes desafíos logísticos en algunos momentos específicos del tiempo. Durante este período, se ha debido realizar un trabajo conjunto con los bancos comerciales y empresas de transportes de valores para mantener el abastecimiento del efectivo a lo largo del país. Estas medidas han permitido la continuidad operacional para garantizar el normal funcionamiento de la cadena de pagos, en particular durante la contingencia sanitaria. El plan de trabajo se ha basado en otorgar abastecimiento de billetes y monedas de acuerdo con las necesidades de las empresas bancarias, garantizando esta parte de la cadena previo a la llegada al cliente final. Adicionalmente, el BCCh ha continuado con el apoyo al ciclo del efectivo en regiones a través del retiro de los billetes en mal estado y la entrega de billetes nuevos a las empresas bancarias, considerando todas las localidades, que van desde Arica hasta Punta Arenas. Respecto de las denominaciones en circulación, hay que tener en consideración que el BCCh actúa de acuerdo con la demanda en un formato de proveedor mayorista. Es decir, en la definición del tipo de producto y su cantidad, la demanda lidera a la oferta y son los mismos bancos los que hacen la función de distribución (minorista) hasta la llegada al cliente final, ya sean las personas naturales o los comercios. Lo que ha ocurrido en la práctica es que un alto porcentaje de los billetes que circulan en la economía son provistos a través de la red de cajeros automáticos, los que por razones operacionales y de costos, en general, son alimentados para expender billetes de altas denominaciones. Es así como la tasa de participación de estas denominaciones en el stock público de billetes en circulación, ha ido aumentado en el tiempo, lo que se ha exacerbado luego del primer retiro del 10% de las AFP. Este importante desbalance, es un problema para la eficiencia de la cadena de pagos, en particular para los sectores de más bajos ingresos, pequeños comercios, negocios de barrios, la población rural y personas no bancarizadas. Se ha trabajado directamente con los bancos y otras organizaciones, para abordar esta problemática, la que ha ido mejorando en lo más reciente. Adicionalmente, existen iniciativas sobre la materia que recaen bajo la responsabilidad del Poder Legislativo.

¿Cuál es la proporción en Chile de uso de distintos medios de pago? Cómo ha evolucionado?

De acuerdo con la Encuesta de Uso y Preferencias del Efectivo, durante los últimos 5 años la frecuencia de uso habitual del efecto ha disminuido del orden de 15 puntos porcentuales, valor que se compara en sentido opuesto con un crecimiento similar para las Tarjetas de Débito, dando cuenta de algún grado de sustitución entre ambos medios de pago. No es posible hablar de sustitución perfecta, dado que la medición de la cantidad de transacciones realizadas en efectivo hasta ahora no la tenemos, que no es el caso de las transacciones con medios de pagos digitales. Recordemos que un mismo billete puede usarse en distintas transacciones a lo largo de su vida útil. Con respecto de los demás medios de pagos, Tarjetas de Crédito bancarias y no bancarias, los pagos por internet y los cheques, se encuentran muy distantes con niveles de preferencias de uso habitual entre 10 y 20%, destacando los cheques que prácticamente no se usan (1%).

¿Cuáles son los montos promedio de las transacciones que dan el corte según el medio de pago?

De acuerdo con la misma Encuesta de 2019, al analizar los medios de pago más usados en función del valor de las transacciones, ante la pregunta donde se da la posibilidad de pagar con cualquier medio de pago en un lugar donde acepten todas las formas de pago, se obtiene que el efectivo presenta mayores preferencias en transacciones con montos inferiores a $5.000 (84%) y entre $5.000 y $15.000 (62%). Por lo tanto se concluye que el reemplazo de los billetes y monedas por la Tarjeta de Débito se da preferentemente para transacciones por montos superiores a $15.000. Cabe destacar que estudios similares en otros países (previos a la pandemia) arrojan valores similares respecto del valor de corte (del orden de USD20) de una transacción en términos de preferencias por pagos en dinero en efectivo.

¿Cómo colaboran o deben colaborar los bancos comerciales en el flujo del efectivo?

Los bancos comerciales son un eslabón fundamental entre el BCCh y el cliente final, ya sea el público general o los comercios en general. Tal como lo indicara anteriormente, el modelo de distribución aplicado en Chile para el efectivo, es que el BCCh (responsable del medio de pago y de su emisión), actúa como un distribuidor mayorista, en tanto que los bancos comerciales hacen la parte final de la cadena de distribución del efectivo, a través del abastecimiento de sus clientes, la entrega de efectivo en sucursales y el abastecimiento de billetes a través de la red de cajeros automáticos. Dado ello, el BCCh trabaja muy de cerca con los bancos comerciales para lograr las coordinaciones necesarias de forma tal que el abastecimiento cumpla mayoritariamente las necesidades del cliente final. En este circuito, es clave también el rol de las empresas transportadoras de valores, pues a través de ellas se hace la articulación de la disponibilización del efectivo, cuando no es a través de entregas en las sucursales bancarias.

Con los retiros de Fondos de Pensiones, qué ha tenido que hacer el Banco Central para poder soportar la demanda por efectivo?

Durante los procesos de retiro de las AFP el abastecimiento de efectivo por parte del BCCh ha sido tratado como parte de todos los arreglos logísticos para asegurar la operación del retiro en condiciones de oportunidad, seguridad y confiabilidad para los afiliados. Esto ha requerido una estrecha coordinación entre los distintos actores del proceso, desde la solicitud del afiliado al uso de los fondos provenientes del retiro. En lo concreto, el BCCh se ha coordinado desde hace algún tiempo con sus proveedores de billetes y monedas, así como también con la banca, para lograr satisfacer exitosamente la mayor demanda de efectivo asociada a los retiros en dinero efecto los fondos desde las AFP. En el caso específico del segundo retiro, se debe tener en cuenta en forma adicional que diciembre es un mes que habitualmente presenta una alta demanda de efectivo, lo que ha requerido de una coordinación mucho más fina y una logística especial para las recepciones de nuevos productos y las entregas de billetes y monedas a los bancos comerciales.