¿Cómo fue recibido el libro por la comunidad?

Aunque no pudimos hacer un lanzamiento oficial debido a la pandemia, nos atrevimos con una primera edición de 1.800 ejemplares… ¡y fue un éxito total! La recepción fue muy positiva, no solo a nivel local, sino también desde círculos académicos y deportivos, incluso en Argentina. Fue emocionante recibir buenas críticas de historiadores del fútbol.

¿Qué te llevó a convertirte en historiador del Club San Luis?

Son varios los motivos. Estudié en el Instituto Rafael Ariztía de los Hermanos Maristas, donde se fundó el club, y tuve clases en la misma sala donde nació San Luis en 1919. Mi padre me llevaba al estadio desde niño, lo que fortaleció mi vínculo con el equipo. Además, trabajé como director del club y como planificador urbano de la ciudad, lo que me permitió conocer a muchos actores históricos del fútbol local. A eso se sumó la influencia del periodista Lucio Fariña Fernández, quien me impulsó a compartir estas historias en la radio. Todo eso me llevó a asumir con pasión el rol de investigador.

¿Cómo compatibilizaste la ingeniería con esta labor histórica?

La independencia que me brinda tener una oficina propia fue clave. Me permitió combinar mi trabajo profesional con la búsqueda de archivos y documentos, tanto en bibliotecas nacionales como extranjeras. Hoy puedo decir que la ingeniería y la historia han convivido armónicamente en mi vida.

¿Algo más que te gustaría compartir?

Solo agradecer al Colegio de Ingenieros por el apoyo a iniciativas como esta. Creo que la ingeniería, al igual que la historia y el deporte, también construye identidad, memoria y comunidad. Espero que este libro sea un aporte para las futuras generaciones y que inspire a otros ingenieros a desarrollar sus propias pasiones con el mismo compromiso.