Myriam Gómez, es parte de ese escaso 12,7% de mujeres que participan en directorios de empresas, cifra entregada en 2021 por el Ministerio de la Mujer y Chile Mujeres. Esta destacada ingeniera, oriunda de Coyhaique, ha desarrollado una carrera versátil y sólida, en forma visionaria anticipó la importancia de formarse multidisciplinarmente. Además de haber estudiado Ingeniería Civil Industrial en la Universidad de Chile, realizó un Máster en Economía del Turismo en la Università Commerciale Luigi Bocconi en Italia y un Máster en Gestión de Tecnologías de la Universidad George Mason en Estados Unidos. Asimismo, fue directora ejecutiva de la Fundación Imagen de Chile, subdirectora ejecutiva de Innova Chile de CORFO y directora comercial de ProChile en Italia durante más de cinco años. En su carrera como directora de empresas públicas estuvo en los Puertos de Antofagasta y de Chacabuco y en la Corporación Nacional Forestal (CONAF).

Actualmente es parte del directorio de Reale Chile Seguros Generales S.A., parte del Holding Italiano Reale Group, e integra los directorios de las fundaciones Parque Astronómico de Atacama y Fundación Mallines. Es consejera del Centro Sub Antártico Cabo de Hornos y parte del Consejo Asesor de Sostenibilidad de ProChile.

¿Por qué estudiaste ingeniería?

No lo tengo tan claro, soy primera generación de mi familia en ir a la universidad, así que no conocí a nadie que fuera un referente para mí. Por otro lado, mi mamá quedó viuda cuando yo tenía 5 años y mi hermana 6 años, por lo que ella siempre estuvo preocupada de cuidarnos y sacarnos adelante, sin poder influir demasiado en lo que podía estudiar. Mirando en retrospectiva, creo que algo que sí influyó positivamente en mi decisión de estudiar ingeniería fue que, cuando pasé a tercero medio, en el colegio donde estudiaba en Coyhaique, nos dividieron en científicos y humanistas, y a mí me asignaron al curso científico pues me iba bien en matemáticas, química y física, que además eran asignaturas que me gustaban mucho. En esos ramos, mis profesores y profesoras además de ser muy cercanos nos hacían las clases entretenidas y fáciles de seguir. Por mi situación familiar también era muy consciente de que tenía que estudiar algo con una perspectiva de futuro y que me permitiera una independencia económica.

¿Como directora comercial de ProChile en Italia durante más de cinco años cuál fue tu mayor aprendizaje?

Creo que una de las principales cosas que aprendí fue la relevancia de entender la cultura empresarial del país, sus códigos internos y conocer la realidad en el terreno mismo. Durante los casi 7 años que viví en Milán, viajé por casi todas las regiones de Italia, para entender de mejor manera como funcionaban los distritos industriales, sus variables de éxito y ver qué oportunidades se presentaban para las exportaciones chilenas. Generar relaciones de confianza con los distintos actores claves del mundo empresarial y público que me permitieran desarrollar alianzas estratégicas, también fue algo importante porque de esta manera se podían abrir oportunidades a los exportadores chilenos e inversionistas italianos. En definitiva, uno de mis principales aprendizajes fue la importancia de ser confiable, profesional y establecer una amplia red de contactos, que me ha permitido mantener relaciones profesionales y de amistad con actores de ese país, hasta el día de hoy.

¿Cuál es la mayor dificultad profesional que te toca enfrentar en cargos ejecutivos o en directorios?

Existe un aspecto técnico que se da en muchas áreas, cual es que todos los desempeños requieren que uno conozca en profundidad los temas. Sin embargo, lo más importante y a veces lo más difícil, es generar consensos y una visión compartida respecto de la estrategia que se debe seguir para el desarrollo de la compañía y de qué manera abordar las crisis o momentos difíciles que están enfrentando las empresas.

¿Cuál es tu principal inspiración para trabajar?

Cuando analizo los distintos trabajos que he tenido tanto en Chile como en el extranjero, creo que mi motivación principal incluye tres aspectos que, de una u otra manera, están relacionados.

Primero, el desarrollo y crecimiento personal que puedo lograr en términos de aprendizajes y nuevos desafíos. Segundo, estar involucrada en temas o causas que tengan un impacto social que vaya más allá del negocio en sí mismo. Esa es una motivación relevante para, por ejemplo, ser miembro del directorio de una empresa de seguros en Chile que es parte de un grupo multinacional italiano donde el tema del desarrollo sostenible y su relación con sus distintos stakeholders es una prioridad. Tercero, creo que uno debe sentir que está agregando valor o haciendo la diferencia a través de conocimientos, capacidades y nivel de relacionamiento.

¿Cómo ves el escenario social, político y económico de nuestro país?

Hoy es un momento que se caracteriza por su complejidad e incertidumbre. Lo anterior se debe a una multiplicidad de factores entre los que destacan la crisis de salud a causa de la pandemia que hemos vivido, con todos los impactos posteriores que ha significado. El proceso de reforma constitucional que, desde mi punto de vista, está generando una gran polarización del tipo de país que queremos. A ese debemos agregar un nuevo gobierno que es sustantivamente distinto a los que ha gobernado el país en las últimas décadas y que ha tenido una instalación difícil probablemente debido a falta de experiencia, cambio generacional y a las altas expectativas que se generaron en la ciudadanía. Además, está la situación de contracción tanto de la economía nacional como internacional, lo que sumado a la situación de violencia e inseguridad, la problemática de la inmigración y otros factores sociales agudiza aún más el escenario de incertidumbre futura.

¿Cuál crees que es el rol que el Colegio de Ingenieros debiera tener en la sociedad?

Considero que el Colegio de Ingenieros debe ser un actor relevante y una voz influyente que aporte al desarrollo y crecimiento sostenible de nuestro país desde las distintas disciplinas de la ingeniería y además que sea capaz de entregar una propuesta de valor diferenciadora a sus colegiados.

¿Has sentido discriminación laboral o alguna dificultad adicional por ser mujer?

Afortunadamente, no. Personalmente, no enfrenté ninguna experiencia negativa en ese sentido, sino todo lo contrario pues tuve grandes jefes y jefas que siempre me apoyaron y me motivaron a tomar más desafíos y asumir posiciones de mayor responsabilidad. Sin embargo, soy consciente de que hay muchos casos en que esto no ha sido así, donde mujeres son discriminadas tanto en las oportunidades profesionales a las que acceden, como en sus compensaciones y remuneraciones.

Por lo anterior y desde las distintas posiciones directivas en las que estuve, en especial cuando tuve una noción más clara de ese tipo de realidades, me preocupé de facilitar la participación del talento femenino, a través de otorgar más oportunidades para las mujeres, como por ejemplo en Imagen de Chile que fue mi último cargo ejecutivo, pasamos de 3 a 6 mujeres en el Directorio, además en las contrataciones que se hacían, siempre en la terna de finalistas debía incluirse al menos a una mujer cuya experiencia se ajustara al perfil requerido.

¿Cómo crees se podría fomentar una mayor participación de las mujeres en las carreras STEM?

Para eso, es muy importante partir de manera muy temprana en la educación escolar con influencias positivas, buenos profesores y un entorno familiar que estimulen la participación de más niñas en áreas de ciencias y matemáticas. También es de gran ayuda visibilizar a más mujeres que estén en posiciones de liderazgo en los temas STEM en los sectores público y privado, y por supuesto también en la academia. Serviría asimismo promover más formación técnica y digital para las mujeres, destacando el atractivo de un contexto de desarrollo profesional en el ámbito científico-técnico y que, cada vez, hay más mujeres en estos sectores. Cuando ingresé a estudiar Ingeniería Civil en la Universidad de Chile el año 1985, la participación de mujeres llegaba solo al 9% y, según entiendo, hoy día tenemos un porcentaje cercano al 32%, cifra que por supuesto no me deja contenta y que me estimula a aportar para que mejore. Otras acciones pueden ser crear programas de atracción de mujeres a las escuelas de negocios o de ingeniería,

Es también muy importante, sensibilizar a las familias y a la población en general para educar en igualdad, promoviendo de igual manera la formación en tecnología y nuevas habilidades clave para el mercado laboral de los hijos, independientemente de su género.

¿Tuviste algún maestro, referente o alguien a quien admiras en tu formación profesional?

Mis profesores de colegio, los cuales fueron un gran soporte en mi elección de ingeniería y mi madre quien ha sido un gran ejemplo, pues me enseñó el valor de la resiliencia y a superar las dificultades, elementos que me han acompañado de manera muy positiva en mi desarrollo profesional. También están mis jefes en ProChile, quienes confiaron en mí y me dieron importantes responsabilidades a muy temprana edad, muchos de ellos colegas que hasta el día de hoy siguen siendo amigos y referentes.

¿Un lugar que una o un ingeniero no debería dejar de conocer?

Seguramente no podré ser muy objetiva en esta respuesta pues voy a sugerir dos lugares que me son muy familiares. El puente Golden Gate Bridge y Sillicon Valley, en San Francisco. El primero pues tras su finalización en 1937, fue el puente colgante más alto y largo del mundo. Esa obra de ingeniería llegó a ser reconocida como un símbolo del poder y progreso de los Estados Unidos, y sentó un precedente para el diseño de puentes colgantes en todo el mundo. Sillicon Valley, a su vez, porque representa el conocimiento de punta, la innovación tecnológica y la cuna del emprendimiento. Tampoco puedo dejar de mencionar el coliseo romano parte del Patrimonio de la Humanidad, que fue elegido como una de las 7 maravillas del mundo en 2007. Además fue el mayor anfiteatro de su época y una gran innovación arquitectónica.

¿Qué libro estás leyendo por estos días?

Aprovechando las vacaciones estoy leyendo Al Paraíso de Hanya Yanagihara, una novela catalogada por Michael Cunningham como visionaria, de extraordinario alcance, llena de los temores y alegrías que conforman la vida humana. Me ha parecido fascinante y muy entretenida. También estoy leyendo Think Again: The Power of Knowing What What you Don’t Know (en español “Piensa de nuevo. El poder de conocer lo que lo que no sabes”) de Adam Grant, cuyo planteamiento es que, para crecer, ser ágiles y lograr las cosas que queremos, tenemos que sentirnos cómodos de manera rutinaria y consciente, a través de repensar y analizar todo. Sigo mucho las publicaciones de Adam Grant pues sus libros son nominados entre los mejores del ano por Amazon y el diario Financial Times entre otros.