Con una arquitectura de vanguardia y soluciones tecnológicas de primer nivel, el nuevo estadio de la Universidad Católica —hoy Claro Arena— se posiciona como un referente de infraestructura deportiva en Chile. Un grupo de 21 ingenieros y socios del Colegio tuvo la oportunidad de conocer en terreno esta obra, que integra diseño, seguridad y sustentabilidad en cada detalle.

Durante el recorrido, los asistentes exploraron sistemas de última generación como las más de 200 cámaras de alta resolución con análisis por inteligencia artificial, destinadas a garantizar la seguridad del público. Además, se destacaron las soluciones de hospitalidad de alto estándar, como suites, palcos, lounges y zonas exclusivas, que elevan la experiencia del espectador a un nuevo nivel.

En materia de sostenibilidad, el estadio incorpora paneles fotovoltaicos, luminarias LED, un sistema automatizado de riego y una moderna planta de tratamiento de aguas grises, lo que permite un ahorro superior al 70% en consumo hídrico. Asimismo, su fachada de madera no solo aporta valor estético, sino que cumple una función clave en la reducción de la contaminación acústica exterior, manteniendo niveles bajo los 40 decibeles.

Cabe destacar el compromiso con la economía circular: más de 2.000 butacas del antiguo estadio fueron reutilizadas. Y en un gesto de innovación funcional, todos los asientos están cubiertos, resguardando a los asistentes de las condiciones climáticas, mientras que solo la cancha permanece al aire libre.

Esta visita reafirma el papel central de la ingeniería en el desarrollo de infraestructuras sostenibles, seguras y centradas en la experiencia del usuario.