En la sesión inaugural del XIX Congreso Chileno de Ingeniería Química realizada a partir de las 20 horas del 14 de octubre pasado, el presidente del consejo de Ingeniería Química y Biotecnología Fernando Murillo tuvo a su cargo el discurso final, destacando el rol del Consejo que preside, indicando que la misión principal es velar por el desarrollo y racionalización de la especialidad, prestigio y prerrogativa de sus profesionales, promoviendo su perfeccionamiento científico y tecnológico. Para lo cual, promueve la realización de congresos, seminarios, mesas redondas, u otras actividades de la misma naturaleza. Centrando sus esfuerzos en las áreas propias de la Especialidad Química y Biotecnología, que más aporten al desarrollo del país , mediante el uso de las herramientas más idóneas para Chile, país minero con un mar amplio y generoso, con variedades de clima que abarcan desde un norte desértico lleno de sol, con un centro de clima templado, y un sur lluvioso, boscoso y surcado de canales llegando hasta los hielos australes .

Como sabemos, Chile es un país de baja población generando en consecuencia un mercado insuficiente para un desarrollo tecnológicamente complejo.

Por dicha conjunción de características, el país, después de lograr un desarrollo básico, gracias a los programas sectoriales de Corfo y de un conjunto de acuerdos económicos de alcance parcial con países amigos, su mejor opción para continuar con el desarrollo fue integrarse programadamente, pero de lleno a la economía mundial, es decir jugarnos por ser capaces de competir generando condiciones científicas y tecnológicas para ser un país exportador de productos y servicios de alto valor agregado.

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