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La Ingeniería Hoy.

Por: Primer vicepresidente del Colegio de Ingenieros, Sergio Contreras

El devenir del mundo ha llevado a la humanidad por un camino complejo,que hoy nos es difícil de seguir y, más aún, de guiar. Durante siglos nuestros antepasados buscaron una senda de progreso para poder optimizar la obtención de los bienes que la naturaleza nos ofrece, estos bienes son escasos y el crecimiento de los habitantes nos obliga a mantener en aumento su generación, de manera constante y sostenida.

En esta tarea, la Ingeniería tiene un rol primordial dado que su tarea fundamental es crear los procesos y sistemas que servirán de base para la producción del patrimonio que necesita la humanidad para su supervivencia; sin embargo la vía para lograr esa meta es una delgada línea al borde de un abismo inconmensurable y amenazante, ya que en el propio germen de la creación de bienestar para los seres humanos se anida una capacidad de daño de importancia, pues los métodos y sistemas necesarios para ello son imperfectos e ineficientes y, por lo tanto, impactan negativamente a la naturaleza envenenándola y destruyendo los recursos de manera irrecuperable algunas veces.

Por este motivo es tarea prioritaria de los ingenieros establecer como condición básica la generación de sistemas de producción que contengan en sí mismos una eficiencia óptima, evaluada primeramente para la máxima protección del medio que nos permite vivir, de lo contrario cualquier intento de producción y de riqueza se transformará en un dardo en el corazón mismo de la humanidad al cual no podremos sobrevivir como especie. Nosotros los ingenieros estamos situados hoy día en un punto delicado y, casi sin pensarlo ni desearlo, debemos ser uno de los personajes principales para proseguir en un camino en que la técnica, la tekné, en el sentido griego, cobra un valor preponderante en el la vida futura de la humanidad.

Si nosotros ingenieros, nos miramos hacia adentro, encontraremos la convicción plena, firme y decidida de que enfrentaremos nuestra misión con el tesón con el que acometemos todas las acciones de nuestra vida,vale decir con calma, estudio y responsabilidad.

Por ello, hoy día catorce de mayo, Día de la Ingeniería, día de celebración, de regocijo porque conmemoramos, un hecho fundamental y señero en la historia de nuestro país, nacido de la desgracia porque somos hijos del rigor, ese rigor que hace grande a los hombres y los llama a tener entereza en un medio hostil y adverso. Después de que el
terremoto o el fuego o la lluvia y el viento asuelan nuestra vida y todo lo que hemos construido, hemos de levantarnos y, no importa en qué circunstancia, empezar a reconstruir, empezar un nuevo proyecto con logros, metas y fines concretos y reales.

Pero hoy, no solamente reconstruimos, aunque la tierra todavía tiembla cada día y las cenizas están aún humeantes, lo que nos obliga a estar alerta. También construimos porque nos empinamos por encima de nuestras limitaciones y le entregamos al mundo el producto de nuestra laboriosidad pertinaz aunque estamos lejanos y tenemos desventajas, seguimos luchando y podemos ofrecer al resto del mundo un resultado de excelencia que hemos alcanzado con esfuerzo a través del tiempo.

Esta reflexión nos hace vislumbrar que debemos estar atentos en el futuro pues se está gestando un mundo distinto, en el cual deberemos reunificar la conciencia del medio a través del respeto de la vida que nos rodea, la conciencia del espíritu a través de la ética que hemos de observar y la mantención de la rigurosidad en la realización de los proyectos que la sociedad nos encarga, a nosotros como profesionales en los cuales cree y a quiénes entrega todo su capital porque confía en que lo resguardaremos y lo haremos crecer.

Por todo esto elevemos un gaudeamus y regocijémonos en esta nueva celebración del día de la Ingeniería.