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Política ferroviaria en Chile: renovarse o morir. Columna de Paula Bunster, presidenta Comisión Transporte

Política ferroviaria en Chile: renovarse o morir. Columna de Paula Bunster, presidenta Comisión Transporte

Autor: Paula Bunster
Presidenta Comisión de Transporte

No hay duda, es imperiosa la necesidad de hacer cambios institucionales para mejorar la infraestructura para el crecimiento del Transporte Ferroviario en Chile, el cual tiene un rol primordial en el desarrollo sustentable de nuestro país. Así lo han manifestado los diferentes actores del sector que estuvieron presentes en el reciente encuentro “Conversación sobre una nueva política ferroviaria para Chile”, realizada por la Comisión de Transporte del Colegio de Ingenieros.

Si bien, la ministra de Transporte y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, afirmó que es un desafío para el país aumentar la participación del tren en el creciente movimiento de carga, pensamos que para que esto suceda, es fundamental que la actual Ley de Ferrocarriles sea actualizada, ya que data de 1931 y no se adecúa a la realidad actual. En este punto, vale recordar las palabras del experto Ignacio Echevarría sobre el origen del artículo 47 de la Ley de Ferrocarriles: “EFE presta servicios que son indispensables, con alta rentabilidad social y que causan un balance financiero deficitario, ¿porqué entonces, no corregimos el balance de EFE con precios sociales para reflejar su real aporte a la sociedad y juzgar su eficiencia con esos parámetros?. Esto no es algo nuevo, se resolvió en Francia hace más de 50 años con el concepto de “Normalización Contable” aplicado entre el Gobierno y la SCNF el que posteriormente evolucionó a lo que se aplica hoy día que son los “Contrato-Programa” (Plan Trienal)”.

El transporte por carretera paga peajes que tienen una incidencia que va de 0 a 10% en sus costos, mientras que los pagos de uso de infraestructura en los operadores ferroviarios tiene una incidencia del 25 % en sus costos. En Estados Unidos los ferrocarriles clase I, con vías de alto estándar (36 ton/eje y 100 km/hora), presentan un costo de infraestructura cercano a un 15% de la estructura de sus costos totales.

Un tren puede reemplazar 80 camiones, con su respectivo alivio en el tráfico de las carreteras. Si dejaran de existir trenes el país perdería millones de dólares en beneficios sociales al año. A su vez, el Estado no debe olvidar que el transporte ferroviario de carga tiene un rol determinante en la disminución de las emisiones de CO2 y en el cumplimiento de los compromisos medioambientales de Chile, y los beneficios sociales que esto implica. No podemos perder esta oportunidad.

Es una grata sorpresa ver que el Ferrocarril Antofagasta Bolivia (FCAB), perteneciente a Antofagasta plc, ya está observando al hidrógeno verde para sus trenes, esto debería ser una iniciativa a seguir por el Estado y las empresas privadas del sector.

Asimismo, con preocupación vemos la iniciativa del MOP de concesionar una vía paralela a la existente del FCAB, que hoy tiene capacidad para absorber nuevas cargas, ¿por qué no mejor utilizar esos recursos para construir nuevas líneas para acercar nuevas cargas a las líneas actuales? ¿O por qué no mejorar los estándares actuales? Las redes en Chile funcionan con 19 toneladas por eje o menos, cifra que se compara con vías de otros países donde operan con 30 o 36 toneladas por eje.

En el seminario se afirmó que el mayor daño a la competitividad del transporte ferroviario de carga en la zona Centro Sur, se debe a una anomalía en su administración de parte del Estado, donde el conjunto de funciones públicas se han ido concentrando en una única empresa, la que además es deficitaria. Hasta 1950, las inversiones ferroviarias estaban a cargo de la extinta autoridad de obras ferroviarias DOF, que formaba parte del Ministerio de Obras Públicas (MOP).

La falta de inversión estatal en infraestructura ferroviaria para la carga es una realidad y no será posible mover la carga futura de los puertos, sustentado solamente en el transporte carretero. Esperamos que al 2027 se haga realidad el plan de EFE de desembolsar US$1.643 millones, lo que ayudaría a concretar la intención de duplicar el volumen de carga movilizada a 21 millones de toneladas al año en esta zona.

La iniciativa del Colegio de Ingenieros demuestra lo positivo que significa que todos los actores del sector ferroviario se sienten en una mesa para definir el rol de cada uno,superar las barreras, mejorar la competitividad y asi contribuir a dar sustentabilidad social, económica y ambiental al desarrollo de nuestro país.