En la oportunidad, el presidente nacional, Cristian Hermansen se reunió con Alejandra Lagos, Ingeniera Comercial y Master en Finanzas de la Universidad Adolfo Ibáñez, donde ahondaron acerca de lo importante y beneficioso que es desarrollarse profesionalmente en el extranjero y como ha sobrellevado la responsabilidad familiar y trabajo.

La Ing. Lagos, cuenta con 10 años de experiencia en diversas industrias en Chile y en Canadá. Su especialidad en estrategias y operaciones le permiten mejorar el desempeño económico y entregar estándares internacionales de grandes industrias en calidad de servicio en Heavenward Ascensores, donde hoy lidera el equipo de control de gestión.

En realidad fue el resultado de muchas cosas, se mezclaron los gustos, las preferencias y las habilidades. Siempre había mostrado una preferencia por las ciencias exactas, pero también consideraba que era necesario un balance con el lado humanista.

En ese contexto escogí la universidad antes que la carrera. Entré a la Adolfo Ibañez, por la calidad de sus egresados, su malla curricular y su reputación. De alguna manera me pareció que la esa universidad calzaba con mi visión, entregaba un plan de estudios con ese balance entre las ciencias y lo humano que siempre me caracterizó. La Universidad además de todo lo anterior me daba un par de años más para tomar la decisión final entre industrial y comercial, ya que los primeros dos años eran un bachiller en Ciencias. Con más información finalmente opté por Comercial, hoy estoy feliz de la decisión que tomé.

Al 100%. Mi mayor expectativa siempre ha sido poder generar un impacto positivo en los proyectos en los que participo, sea un pequeño proyecto familiar o empresarial. Creo que la carrera que estudié fue perfecta para poder generarlo, eso, más el balance que te comentaba recién, lograron ese objetivo. Así que sin duda, no pude haber elegido mejor.

Mi profesión me ha permitido generar beneficios sociales y económicos, además de tener un balance familiar y personal. La adaptabilidad de la carrera me ha permitido trabajar en distintas industrias, pudiendo incorporar buenas prácticas de una industria a otra.

Sólo trabajé un año en Chile después de salir de la Universidad, cómo cualquier recién egresado tenía muchas energías para enfrentar cualquier desafío y en ese momento me sentía preparada para todo. Hice mi due-diligence apropiado, sabía que mis estudios de ingeniería me ayudarían, a buscar un desafío interesante y motivante.

Llegué a trabajar -al principio cómo voluntaria- a una consultora sin fines de lucro. Y ya trabajando demostré ser una buena profesional y poniendo todas las ganas, experiencia y conocimientos. La verdad que más ganas que experiencia, porque solo había trabajado 1 año en Chile.

Mi rol en esta empresa canadiense era de analista de negocio y consultora junior. Este trabajo me permitió participar en varios proyectos de distintos clientes y poner en práctica todos los conocimientos aprendidos en la Universidad. Además, tuve la oportunidad de trabajar con consultores de mucha experiencia y aprendí de ellos la forma de trabajar, organizarme y aplicar los conocimientos adquiridos.

Luego de un tiempo de haber trabajado en el sector Non-Profit, se dio la oportunidad de trabajar en la industria del Petróleo y el Gas Natural. Mi experiencia continuó siendo enriquecedora y creo firmemente que de no haber sido por esos desafíos hoy no sería la misma profesional.

Claramente la cultura y forma de trabajar en los dos países es muy distinta. A pesar de que cuesta traer a Chile una filosofía de trabajo tan distinta como la que se vive en Canadá, yo intento replicar día a día las buenas practicas que aprendí allá.

Creo que es algo que ha mejorado, pero sin duda es un camino que sigue en evolución tanto social como legal.

Aún hoy se tiene una percepción generalizada de que existen organizaciones en que ante un momento en el que tienes dos candidatos similares, uno hombre y una mujer se elige al hombre por ser “más seguro”. Por lo mismo las mujeres nos la jugamos más en los trabajos por mantenernos y destacar en ellos, y eso es algo que considero transversal a las culturas, parece ser una disposición de género que seguirá evolucionando.

La brecha salarial y la tasa de ocupación por género aún tienen mucho espacio de mejora. Pero más allá de los datos empíricos, creo que las mujeres tenemos una oportunidad enorme, de seguir demostrando lo que valemos como profesionales, y que finalmente se nos logre valorar de la misma manera que se hace con el género masculino.

¿Has sentido que durante tu trayectoria profesional impidan tu desarrollo, por el hecho de ser mujer?

En lo personal no. Creo que como en todo en la vida, es uno el que se pone o hace suyas las barreras existentes. Yo trabajo con ganas y profesionalismo, nunca he sentido trabas; creo que las mujeres tenemos un trabajo más pesado que los hombres pero no imposible para que nos valoren y evalúen con los mismos parámetros.

Lo más difícil para la mujeres, y sobre todo las que somos madres, es trabajar en la culpa. En el trabajo tenemos culpa por no estar en la casa con los niños; y cuando estamos en la casa nos sentimos culpable porque nos estamos dejando en segundo plano. Sin embargo, una vez superada esa etapa y trabajando en algo que nos guste y nos llene cómo persona y profesional, el desarrollo de carrera es consecuencia directa del buen desempeño.

¿De qué forma lograste un balance entre las responsabilidades familiares y del trabajo?

Creo que sigo intentando llegar a un balance día a día, espero que con un buen resultado pues mis hijas son chicas (5 y 2 años) y aún me falta tiempo para ver si con mi marido hicimos un buen trabajo en su educación en un contexto general.

Mi máxima en la vida es que hay que disfrutar, tanto el trabajo como la familia. Debo decir que tengo un muy buen partner ahí, con mi marido nos apoyamos en proyectos y desafíos laborales que nos entregan la flexibilidad necesaria para no descuidar a las niñas y aprovechar al máximo ese tiempo en familia y que al mismo tiempo, nos motiven profesionalmente. Hoy ambos estamos felices en el trabajo y en la casa y ese balance es la calve para continuar desempeñándote bien en ambos roles, y cuando tienes a tu pareja en la misma sintonía es la combinación perfecta.

¿Cómo ves el desarrollo de tu profesión en Chile y en particular para las mujeres?

Los ingenieros comerciales tenemos el sello de la adaptabilidad y con ello nuestra profesión y especialidad pueden mutar según el desarrollo de las industrias y la economía. La evolución se está dando en forma natural, nuevas generaciones en compañías grandes y establecidas están generando cambios paso a paso, también está el factor de nuevos emprendimientos en distintos rubros que viene a refrescar la manera de trabajar.

En este contexto es interesante ver cómo poco a poco se están adaptando medidas que cuando yo estaba en Canadá ya eran usuales, cómo por ejemplo el trabajo remoto. Creo que ese tipo de medidas viene a resolver y ayudar un tema importante para todos tanto mujeres como hombres.