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Entrevista Ingenieras Destacadas: Ingeniera Comercial, Ximena Clark

Entrevista Ingenieras Destacadas: Ingeniera Comercial, Ximena Clark

En la oportunidad, el presidente nacional, Cristian Hermansen, se reunió con Ximena Clark, Ingeniera Comercial de la Universidad de Concepción, Máster en Economía, Universidad de Georgetown y de la Universidad de Boston. Durante la conversación profundizaron acerca de su trayectoria profesional, su experiencia en el sector público donde destaca que trabajó con personas con un alto nivel de compromiso, profesionalismo y experiencia; las responsabilidades familiares y del trabajo, entre otros temas.

Ximena Clark, se ha desempeñado como economista del Banco Mundial, consultora del Centro de Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard y del Banco Mundial, además de Jefa de la División de Empresas de Menor Tamaño del Ministerio de Economía. Previo a asumir este cargo, se desempeñaba en la Gerencia de Informaciones Estadísticas del Banco Central. Ha ejercido docencia en las universidades Diego Portales, Católica y de Concepción, además de ser profesora asistente en la Universidad de Boston y asistente de investigación en Harvard.

Durante el periodo del 2014 a abril del 2018 fue Directora Nacional del INE y lideró la realización del Censo efectuado el 19 de abril de 2017.

En el 2017 fue la primera mujer galardonada por nuestro gremio con el Premio Gestión, distinción que destacó el trabajo profesional en el país y en el extranjero, su contribución en el desarrollo de la ingeniería, liderazgo, estrategia, creatividad, integridad y responsabilidad social.

¿Qué la llevó a estudiar Ingeniería Comercial?

Honestamente, fue una decisión un tanto al azar, puesto que a los 16 años (edad en que postulé a la universidad) realmente no sabía con certeza lo que quería estudiar, sólo sabía que sería en la Universidad de Concepción, mi ciudad natal. Opté por Ingeniería Comercial, porque permitía diversas áreas de desarrollo; aunque bastaron mis primeras clases de Introducción a la Economía, para tener claro que mi elección había sido acertada, y más aún, que optaría por la licenciatura en economía.

En ese entonces ¿cuáles eran sus expectativas? ¿Se cumplieron?

Totalmente. Como dije antes, desde los primeros días me cautivó la Economía, y en la medida que iba avanzando en los cursos, el interés y la motivación fueron crecientes. Aparte de eso, la vida universitaria en la U. de Concepción fue muy entretenida y enriquecedora, en un campus como pocos existen en el país, que integra las diferentes carreras y te da la oportunidad única de conocer personas muy diversas y materias muy variadas. Incluso en términos deportivos, participé en el equipo de basketball femenino de la universidad en mi primer año, lo cual para alguien que había practicado ese deporte toda su vida escolar, fue una gran experiencia.

¿Cómo ha sido su experiencia en el sector público?

Ha sido una experiencia de mucho aprendizaje, no sólo en los aspectos administrativos y técnicos propios de los cargos ejercidos, sino también de las interacciones a nivel personal e institucional. Tanto en el Ministerio de Economía (2007-2011), como estos últimos años, en el INE (2014-2018), conocí y trabajé con personas con un alto nivel de compromiso y profesionalismo, al igual que experiencia; aunque lamentablemente también debo decir que en ocasiones detecté personas con malas prácticas y una falta de real vocación de servicio público.

Por otra parte, la complejidad de la normativa que rige al sector público exige una constante capacitación de las personas, a todo nivel, que resulta ser tan importante como los aspectos más técnicos para llevar a buen puerto los proyectos, pero que no siempre ocurre. Algo similar se produce con la inversión pública en aspectos de modernización institucional, que se traduzcan en mejoras de gestión, mayores niveles de eficiencia en los objetivos y metas a lograr y una mejor definición de aspectos estratégicos. Si bien cada cierto tiempo se inician programas en esta línea, muchos parten de cero, desaprovechando la experiencia adquirida de los programas previos.

Con todo, cuando uno es parte de políticas, programas y/o iniciativas que culminan con éxito y que se traducen en mejoras de bienestar y calidad de vida para las personas, en mayores herramientas para tomar buenas decisiones, la verdad es que la satisfacción es enorme. Todos los obstáculos que uno ha debido sortear se olvidan en ese momento, cuando uno logra contribuir en algún ámbito a un mayor desarrollo y bienestar para las personas que habitan el país.

¿Ha sentido que durante su trayectoria profesional impidan su desarrollo de liderazgo femenino?

No, no he sentido impedimentos al ejercicio de mi liderazgo femenino, que yo diría ha buscado siempre equilibrar aspectos de excelencia profesional con la empatía y preocupación por las personas que forman parte de mi equipo. En ese sentido creo haber sido siempre fiel a mis principios y los aspectos importantes de trabajar en equipo, y las personas que han trabajado conmigo así lo saben.

Pero, por otro lado, sí creo que las mujeres al asumir responsabilidades en nuestra vida laboral siempre estamos siendo doblemente evaluadas, tanto por aspectos laborales como personales. Los atributos que se valoran muchas veces en los hombres, como ser exigentes, rigurosos u otros, adquieren otros calificativos a veces en las mujeres (peyorativos incluso a veces). Y provienen tanto de hombres como de las mismas mujeres. Estamos hoy en un proceso de cambio a nivel de la sociedad chilena, en donde muchas de estas conductas se empiezan a abordar bastante más en serio que en épocas anteriores, y dependerá de todas y todos nosotros cuanto avanzamos en esto, y cuanto potenciamos los diferentes tipos de liderazgos.

¿De qué forma logró un balance entre las responsabilidades familiares y del trabajo?

Creo que para lograr dicho balance es importante tener muy claro las expectativas y responsabilidades laborales y al mismo tiempo las prioridades a nivel familiar, que en mi caso así ocurre. Debo decir que además soy una persona que se considera muy afortunada, por contar con una familia que está siempre presente, en particular mi madre y mi padre, siempre dispuestos a ayudarme en los momentos de mayor intensidad laboral. Por otro lado, los amigos y el deporte (lo que se puede practicar) para mí son las mejores terapias contra el estrés, y por último, soy una persona que duerme poco y bien, lo cual siempre ayuda para lograr estos equilibrios.

¿Qué cree que se requiere para aumentar la participación laboral de las mujeres en la ingeniería?

Creo que hay condiciones de entorno y culturales que deben cambiar, aunque ya están cambiando, para aumentar la participación de mujeres en el mercado laboral en general y en ingeniería en particular. Puntualmente en ingeniería, todavía se observa bastante masculinización de algunas especialidades, y en ocasiones son las mismas mujeres que se autolimitan a estudiar algunas carreras más que otras, influenciadas también por las señales que se reciben a veces en el propio hogar. Y luego también a nivel de empresas o instituciones, creo que es importante analizar y abordar cuanto de las prácticas laborales y formas internas de trabajo podrían estar generando algún tipo de discriminación contra una mayor participación femenina.

¿Cómo ves el desarrollo de tu profesión en Chile y, en particular, para las mujeres?

Yo veo muchas posibilidades de desarrollo para las mujeres, en un contexto en que su participación laboral es aún muy baja comparada con los hombres (y comparada con otros países) y en donde además nuestro país se caracteriza por tener altos estándares en las diversas especialidades de la Ingeniería. Pero eso va de la mano también de un cambio cultural, en donde hombres y mujeres, conscientes de sus diferencias, aprendan a potenciar el trabajo conjunto.

¿Qué consejo le darías a las futuras generaciones de ingenieras?

Un primer consejo sería creer en ellas mismas y en sus capacidades, nunca autolimitarse antes de conocer sus capacidades; aprender de la experiencia de quienes llevan la delantera, y al mismo tiempo permitirse ser creativas en sus formas de enfrentar sus desafíos laborales. Y luego, buscar siempre el sentido de las tareas y desafíos en los que se embarquen, pues eso les dará fuerza y energía para lograr lo que se propongan.