Ingeniería … de dónde venimos y hacia dónde vamos. Columna de Marlena Murillo, presidenta de la Especialidad Civil.
Por Marlena Murillo Segura Ingeniera Civil Presidenta del Consejo de Especialidad Civil y vicepresidenta Comisión Red de Mujeres Ingenier@s
Muchas veces olvidamos el sentido de nuestra profesión, y solo nos dedicamos a aplicar fórmulas y estándares. Usar en nuestro diseño materiales conocidos, de prestación garantizada, y estar cómodos con ello... Más de lo mismo. Nos especializamos en nuestro material predilecto, y ojalá las revisiones normativas no cambien, pues ya está todo programado en las planillas de cálculo, en las calculadoras, en los computadores.
Sin embargo, nuestro título nos delata. Ingeniería viene de ingeniare, “crear” en latín. Y la palabra ingeniero, ingeniera es quien logra conseguir con ingenio un resultado. En 1828, Thomas Tredgold, fundador de The Institution of Civil Engineers (Inglaterra) definió la Ingeniería como el arte de aprovechar los recursos de la naturaleza en beneficio del hombre y la sociedad. Y ahí nace el segundo y tan importante concepto: sociedad. Es por eso que, en varias de las escuelas de ingeniería el enfoque académico es en la actualidad, sensibilizar al estudiante como un ser social, para sólo así volver a ver a la humanidad, a la sociedad como núcleo central del quehacer de la Ingeniería.
Una fábrica no es un número de empleados, como si fueran máquinas... En una fábrica hay personas, que piensan, que sienten, son seres humanos, y el bienestar de esos seres es y tendrá que ser el foco de nuestro oficio. Y si el giro es bien dado, si somos capaces de potenciar a estas nuevas generaciones con un fuerte componente social, si les entregamos las herramientas de creatividad, ética, trabajo en equipo, vamos a poder tener esperanza en un mundo mejor.
Así como en la antigüedad, el desarrollo de la ingeniería comenzó con la revolución agrícola (por cierto, gracias a una mujer). Hoy, esta nueva Ingeniería, más humana y social, comenzará con una revolución creativa. Las y los ingenieros de la nueva era, serán capaces de inventar nuevos materiales que no dañen el medio ambiente, diseñar con ellos estructuras sostenibles. Resolver problemas más complejos de los que enfrentamos en la actualidad, con ayuda de la tecnología. Son los llamados a crear un mundo mejor para ellos, para las futuras generaciones y para quienes estamos viéndolos crecer.