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Los retos de la ingeniería para el futuro del medioambiente

Los retos de la ingeniería para el futuro del medioambiente

"De acuerdo al último informe del Global Carbon Project, este 2022 terminará con unas emisiones totales que superarán las 40 mil millones de toneladas de CO2, lo que afecta lograr la meta de limitar a 1,5 °C el aumento del calentamiento global al final del siglo".

Hoy viernes, luego de dos semanas, termina la cumbre del clima en Egipto, más conocida como COP27. Durante estos días los participantes han expuesto los desafíos para enfrentar el futuro del planeta.

Metas y pendientes

Han sido días intensos en lograr acuerdos entre los líderes mundiales. Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea, expresó el martes (al medio El Universal parte del Grupo de Diarios de América) que para evitar que haya una catástrofe climática se requieren acciones más que palabras (la Unión Europea ratificó su compromiso para reducir las emisiones de gases contaminantes para 2030 y que sean menos 57% comparado a 1990).

Como adelanto, ayer jueves, la presidencia de la COP27 remitió un documento sobre la decisión final de la cumbre que deberá incluir la eliminación progresiva de las subvenciones ineficientes a los combustibles fósiles según cada país, la importancia de elevar la proporción de energía renovable y lograr acelerar el trabajo para reducir en forma progresiva la producción de energía en centrales de carbón sin sistemas de captura de CO2.

La ingeniería

En este marco ¿cómo puede aportar la ingeniería? Eva Soto, consejera nacional del Colegio de Ingenieros, representante de la especialidad de Química y Biotecnología señala que desde al menos su campo de acción, el aporte para enfrentar el cambio climático es que “los procesos productivos tienen que ser más amigables con el entorno, tiene que ver con el cambio de combustible, retirar los fósiles e incorporar nuevas herramientas y estrategias. Es lo que trabajamos con biomasa, con valorizar residuos orgánicos, la incorporación de biocombustibles”, sin embargo cree que la gran mirada al respecto tiene que ver en “cómo los procesos productivos tienen una nueva mirada en torno a reducir las emisiones, adaptarnos al cambio climático y aportar en empleos verdes”.

Esto es de importancia capital: de acuerdo al último informe del Global Carbon Project, este 2022 terminará con unas emisiones totales que superarán las 40 mil millones de toneladas de CO2, lo que afecta lograr la meta de limitar a 1,5 °C el aumento del calentamiento global al final del siglo.

La experta agrega que es relevante “la formación del capital humano para ver cuáles son los procesos productivos en los cuales nosotros podemos incorporar herramientas tales como mejorar aspectos tecnológicos". Pone como ejemplo practico la reutilización del aguas jabonosas "a distintas escalas".

Según una publicación de la Universidad Tecnológica Metropolitana la biotecnología ayuda, "entre otras cosas, a elaborar materiales biodegradables, depurar aguas residuales y eliminar distintos contaminantes que puede haber en los ecosistemas; además se utiliza para la preservación de distintas especies animales en peligro de extinción".

Desde otra arista, la ingeniera civil Marlena Murillo, representante de la Especialidad y vicepresidenta de la Red de Mujeres Ingenieras, aporta: “La ingeniería en esencia resuelve problemas. El cambio climático, la crisis energética son temas muy sensibles y de alto impacto que esta profesión puede abordar, desde la perspectiva colaborativa, interdisciplinaria. Y eso porque debemos apoyar y generar las soluciones de adaptación climática, contribuyendo a la protección, resiliencia, conservación, regeneración y valorización de ecosistemas y la protección de la diversidad”.

En el contexto de nuevas oportunidades la especialista reitera que la crisis energética es una oportunidad para hacer la transición a energías renovables, y en la medida que las y los ingenieros tengan el conocimiento técnico y, además, desarrollen la veta creativa y de trabajo en equipo lograrán cambios significativos. En tal sentido resulta clave “diseñar equipos de Alerta Temprana para desastres naturales, métodos para predecir cuándo sucederán las catástrofes, con ello, salvar vidas, reducir pérdidas y daños. El contribuir con conocimiento técnico, para crear infraestructura resiliente, soluciones circulares de baja huella de carbono, regenerando ciclos naturales y haciendo el cambio de lo individual a lo colectivo es tarea de todos nosotros”.

Las claves de Chile

Durante la COP27 Chile dio a conocer las claves para enfrentar el cambio climático. que incluye el reforzamiento de su Contribución Determinada a Nivel Nacional, al cual el país agregó el concepto de Transición Socio Ecológica Justa.

En el documento trabajado se plantea lograr revertir la tendencia al alza de emisiones de metano a 2025; también buscará aumentar la superficie de protección de ecosistemas terrestres y acuáticos para lograr llegar a un millón de hectáreas de aquí a 2030.

En este contexto se ha hecho presente Chile con varios representantes. Por ejemplo, Jessica López Saffie, presidenta del Banco del Estado de Chile, señaló en una charla en la COP que “hay mucho que podemos hacer, por ejemplo en electromovilidad, pero eso requiere que sea una norma de Estado para hacerla más alcanzable”, mientras que la Cepal destacó que Chile avanza hacia la transición energética junto a países como Uruguay y Costa Rica, y tiene fuertes apuestas en hidrógeno verde en Antofagasta y Magallanes.

En tanto, el ministro de Energía, Diego Pardow, dijo esta semana al diario español El País que “Chile está a la vanguardia en las energías renovables en la región. Hace solo algunos días, cumplimos un hito: si se suma la energía inyectada acumulada del sol y el viento se sobrepasa a la energía acumulada inyectada por el carbón".

Agregó que será importante el hidrógeno verde el cual "se alimenta de energías renovables, que, principalmente, son fotovoltaica y eólica. El nivel de radiación del norte de Chile es mayor que en cualquier otra parte del mundo. Y en el sur, la intensidad y consistencia del viento es mucho mayor que en otra parte del mundo. Eso significa que podemos producir más toneladas y, por lo tanto, somos más productivos", aseguró.