Columna de opinión

Autora: Eva Soto Acevedo

Consejera Nacional Especialidad de Ingeniería Química y Biotecnología
Vicepresidente Comisión de Energía del Colegio de Ingenieros de Chile A.G.

El 6 de diciembre se llevó a cabo el III Seminario Internacional de Hidrógeno Verde organizado por la Universidad Autónoma, en el cual el Colegio de Ingenieros de Chile A.G. fue invitado a patrocinar y a participar activamente, personalmente me correspondió participar en el Panel N°3 denominado “Transición energética: El rol del Hidrógeno Verde en el sector productivo". Uno de los aspectos relevantes a considerar consistió en relacionar la industria del Hidrógeno Verde (H2V) respecto de su contribución directa a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) para el año 2030. En particular, al ODS 13 “Acción por el Clima”, teniendo en consideración que este ODS 13 introduce el cambio climático como elemento primordial en las políticas, estrategias y planes de los países, empresas y en general en la sociedad civil, mejorando la respuesta a los problemas que genera, e impulsando también la educación y sensibilización de toda la comunidad. Bajo esta premisa, el Hidrógeno Verde constituye una de las acciones reales y efectivas tendientes a reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI), en sintonía con el proceso local (chileno) y compromiso con la descarbonización a distintos niveles, propiciando el uso de energías renovables y energéticos en general amigables con el medio ambiente.

Lo anterior se condice con mejorar la educación en torno al buen uso de la energía a distintos niveles, la sensibilización y concientización, junto con la generación de capital humano e institucional en el cambio climático y las acciones concretas que permitan incorporar procesos eficientes energéticamente, sistemas adecuados de almacenamiento de energías renovables, siendo el H2V una de dichas acciones, que fomentan y ayudan a reducir los efectos del cambio climático.

Otro de los propósitos que persigue el ODS 13, se articula con el fortalecimiento de la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima, a nivel ciudadano, del sector privado y público, junto con la academia, no solo en la formación de capital humano en temáticas emergentes, sino que también en contribuir a la búsqueda de soluciones a la medida, en el caso de Chile, idóneas para cada región, tendientes a reducir las emisiones, facilitando la instalación de capacidades, habilidades y destrezas de las personas especializadas, y de proyectos industriales que pongan en valor todo esto, bajo estándares ambientales, energéticos y sociales, que contribuyan no solo al logro de este ODS en particular, sino que el ODS 7 de energía asequible y no contaminante, al ODS 11 de comunidades y ciudades sostenibles, al ODS 12 de producción y consumo responsable, en el marco de buscar el bienestar, el bien común, la calidad de vida de la población en su conjunto.