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Una Amistad Amarilla producto de nuestro Viaje a China.

Una Amistad Amarilla producto de nuestro Viaje a China.

En 1995 el Embajador de Chile en la República Popular China era Eduardo Arriagada, ex- Presidente del Colegio de Ingenieros y, contemporáneamente, yo presidía la Comisión de Servicios al Ingeniero del Colegio.

Antes de que él viajara a radicarse en China conversamos la posibilidad de organizar un viaje de ingenieros a esa enorme y distante República. Parecía una quimera, pero estábamos muy entusiasmados.

A través de la Comisión de Servicios al Ingeniero, con la inestimable ayuda del Embajador Arriagada y del entonces Gerente del Colegio, Pedro Torres, comenzamos a organizar nuestro viaje. Nunca imaginamos que se incorporarían 160 personas, entre colegas y sus familiares. Todo se nos complicaba al ser un grupo tan numeroso, pero poco a poco fuimos resolviendo las dificultades.

A pesar de ser un conjunto heterogéneo, con intereses y formaciones distintas, nunca tuvimos que enfrentar ningún tipo de problema, durante los 21 días de recorrido.

En China nos recibieron con los brazos abiertos, estaban felices de acoger un grupo tan numerosos proveniente de un país pequeño y distante pero que ellos admiraban por su historia reciente y por los destacados intelectuales con que nuestro país contaba, entre ellos: el pintor Venturelli que había sido Embajador en China, Neruda y muchos más.

La labor y el carácter abierto de nuestro colega Arriagada facilitó en China la organización y los trámites requeridos.

El esfuerzo valió la pena, nos movilizamos en 5 buses, identificados con diferentes colores, con los que recorrimos diversas ciudades y lugares muy interesantes y de gran belleza.

Visitamos templos, museos, industrias, palacios, parques, mercados, teatros; recorrimos ríos, montañas, lagos, grutas. El Ejercito de Terracota y el edificio que lo alberga nos dejó atónitos, como muchos otros sitios que conocimos.

Nos maravillamos con los paisajes y con el cuidado de la naturaleza y de los monumentos y edificios, muchos de ellos antiquísimos.

Especialmente impactante fue la visita a la zona de Las Tres Gargantas, lugar en que estaban, en plena construcción, el grupo de 10 enormes centrales hidroeléctricas. Eduardo Arriagada fue quien consiguió la autorización especial, muy difícil de obtener, y el transporte en pequeños aviones militares.

Era un período de acelerado desarrollo en China, que se observaba en todas partes, y, el comercio entre Chile y China comenzaba a crecer.

Antes de nuestra partida, los organizadores distribuimos a los viajeros en 5 grupos, que se mantuvieron durante todos los recorridos y actividades los 21 días.

32 personas, muchas de las cuales no nos conocíamos antes de comenzar el viaje, ocupamos el Bus Amarillo, cada grupo tenía un color asignado. Éramos 18 ingenieros y 14 familiares.

Inmediatamente nos hicimos amigos. El compañerismo, el contagioso entusiasmo, la grata y simpatiquísima relación al interior del bus, aumentó el placer del viaje.

Desde entonces mantenemos nuestra profunda amistad, hermandad y solidaridad, con respeto a nuestras diferencias de edad, pensamientos, creencias e intereses.

Nos acompañamos en nuestras penas y sufrimientos, nos apoyamos unos a otros en momentos difíciles.

Nos reunimos, con frecuencia, con o sin motivo, a disfrutar alegremente. Lo pasamos estupendo juntos, en almuerzos, cenas, espectáculos, viajes. Jugamos, nos disfrazamos, recitamos, cantamos y reímos como “cabros chicos”.

Nuestra amistad es tolerante y sincera y nuestro cariño enorme e imperecedero.

Así somos los “Chinos Amarillos”

[Autor: Ingeniera Lenka Friedmann]