Erika Vélez Peñaloza, vicepresidenta de la Comisión de Infraestructura del Colegio de Ingenieros, ingeniera civil estructural U. de Chile con más de 30 años de experiencia en el Ministerio de Obras Públicas recibió el Premio Ingeniera Ximena Vargas Mesa. Te invitamos a conocerla un poco más en esta entrevista.

¿Qué sientes al recibir el Premio Ingeniera Ximena Vargas Mesa? ¿qué admiras de Ximena Vargas?

Al saber que era la ganadora de este año del Premio Ingeniera Ximena Vargas Mesa, la verdad es que quedé sin habla, sin respiro, pues no pensé que sería la ganadora de este importante premio; es más, desde mediados del mes de octubre que estaba coordinando con el MOP el viaje de ingenieros colegiados a la obra del Puente Chacao en construcción y que organizó la Comisión de Infraestructura Pública del Colegio. Gracias a Dios, la coordinación al momento de conocer esta noticia ya estaba realizada, faltando solo el viaje a Puerto Montt de los ingenieros, en donde serían recibidos por el Inspector Fiscal del contrato y por otros funcionarios de la Dirección de Vialidad que también pertenecen al contrato.

Este premio es un precioso regalo que atesoraré en mi vida, y lo tomo como un maravilloso regalo de Dios, mi sentir es de alegría y felicidad, pero a la vez de mucha atención, humildad y agradecimiento a la Red de Ingenieras del Colegio que me postuló.

De Ximena Vargas lo que más admiro es su tesón y fortaleza para abrir y transitar nuevos caminos, logrando llegar a la meta en forma victoriosa. Es una mujer que ha quebrado mitos y ha superado barreras en tiempos complicados, mostrando a las generaciones posteriores que en ingeniería se puede liderar en forma exitosa desde lo femenino. Ximena es un ejemplo que motiva a las ingenieras en el ejercicio de la profesión, fue la primera mujer Directora del DIC, y reconocida por distintas instituciones por su aporte a la enseñanza de la ingeniería y a la investigación.

¿Cuál crees que es el mayor desafío del Colegio de Ingenieros actualmente?

El mayor desafío del Colegio es volver a posicionarse en el sitial de reconocimiento que antes tuvo; y aquí es un trabajo que tenemos que realizar todos los ingenieros colegiados, pues conocemos la misión del Colegio y valoramos su importancia de opinión. Es un gran trabajo interno pero con metas al exterior, porque actualmente la colegiatura no es obligatoria, siendo esta condición una tremenda barrera que hay que superar. Implica un gran esfuerzo de los colegiados activos que participan en el Colegio, una estrategia comunicacional y un corazón unido para trabajar estratégicamente en un plan que nos lleve a ello. La voz del ingeniero debe ser escuchada y respetada en las decisiones técnicas que involucren materias de ingeniería, en la ciudadanía y por el Estado, y en forma independiente del gobierno de turno. Aparte de ello, tenemos un gran Código de Ética, muy bueno, que establece los principios éticos y normas de conducta que deben tener los ingenieros en el ejercicio de su profesión. Todo ello apunta a conseguir un país con una comunidad más armónica en su diario vivir.

Creo que muchas mujeres ya lideran cargos de alta dirección en el área privada. En el sector público es un poco más complicado porque aquí entra a veces el factor político, y otras veces se elige por paridad.